6 de mayo de 2015

Leer juntos: alumnos, padres y profesores

     Había buen ambiente, cordial y cercano. Había zumos, café y pastas. Había padres; estaba representada la AMPA del centro, que por segunda vez había compartido la organización. Había hijos que también, cómo no, eran alumnos de secundaria del centro. Había profesores. Y esta vez estaba también el escritor: Alfredo Gómez Cerdá. Había curiosidad por conocerle y ganas de conversar sobre la novela que todos habíamos leído en los días previos. De modo que con estos antecedentes, todo resultó ameno e interesante.
 
     Siendo la lectura una actividad que solemos llevar a cabo en solitario, tener la oportunidad de compartir lo leído parece que saca al libro de sus páginas y lo lleva hasta la plaza: el lugar por el que se transita y se conversa, se detiene quien pasea y encuentra a otros paseantes que, por un rato, parecen llevar su mismo camino.

     En fin... con una novela que tanto juego nos daba, las preguntas no se hicieron esperar y las respuestas de Alfredo parecían abrir nuevos interrogantes. Claro que la conversación tiene estas cosas, va y vuelve de un tema a otro: una historia tan dura sobre el precio de la madurez de un adolescente, las claves del odio al otro, al diferente, las posibilidades de transformación que ofrece la vida, la redención positiva de los errores, el precio de la independencia frente a la tribu, el poder transformador del afecto y el amor... Todo ello se encuentra en Autobiografía de un cobarde
    
        Gracias por tu cercanía y tus palabras, Alfredo. Fue una tarde inolvidable; en el Zurbarán dejas unos compañeros que también encontrarás en otros libros.